LLAMAR A LA DIOSA
Coatlicue, arrópame con tus serpientes.
Dame nuevos corazones de mañana.
No me mantengas a tus pies sin lluvia.
Soy un poco del aire, pero no del fuego
en el frío esternón de las estrellas.
Una hija solamente, un llanto ante las flores
y esta palabra buscando cacao como colibrí
escondido en un bosque sereno.
Adóptame, Coatlicue, llévame a tu furia,
a tu casa de piedra, a la gloria extraña
por donde suben las hormigas
y el pasado es un camino de sangre.
Quiero permanecer junto a ti
aunque cierren los museos y derrumben,
nuevamente, las pirámides del sueño
con un olvido semejamente a la sed
de los caballos y la furia del metal
en la carne, en el horizonte
donde no muere el volcán.
Coatlicue, enséñame a prender relámpagos.
Julio 2010
Poeta originaria de Jojutla de Juárez, Morelos, México
No hay comentarios:
Publicar un comentario